Egosumvacare

El concepto apodado por los juptianos para esta memorable realidad que solo este pequeña mortal podía ver era tránsito.

Moly estaba ligada a la sección del departamento de ‘cambio y renovación de realidades’, servía lealmente, aunque a veces lo utilizaba con fines recreativos, debía tener cuidado en no alternar su espacio- tiempo más que cuando era reclamado por Pol.

Pol, inspector del departamento se aseguraba las 24 horas de que todo estuviese en orden en la cabeza de Moly, un solo fallo podría llevar a una catástofre, en todo caso la recuperación del planeta tierra y una época pasada suponía un riesgo que no se debía correr.

Innumerables corporaciones andaban detrás del proyecto Sane, una corriente de maquiabélicos planes circundaban esta red, creada por la emancipación de la humanidad y el progreso artificial. Estas se encargaban de que los basureros llamados Tierra y Martes siguieran llenandose mientras se lanzaban a la conquista de nuevos ya no simples planetas, si no el complejo lanzamiento hacia nuevos universos en proceso de descubrimiento.

Desearía no haber estado allí cuando todo ocurió. La atmosfera colapsó, y no más humanos puediron sobrevivir, ella desearía haber estado allí para ver lo que sus padres habían sentido.

Niña de otra época, viajera en el tiempo, no podía ser más de una niña nacida en el 2999.

Una nueva era se alzaba sobre su cabeza, pero, que habría ocurrido en el planeta anterior. No estaba segura de lo que le ocultaban los nuevos implantes, maquinados en contra de su propia voluntad, es la máquina lo que se mueve dentro un corazón y un alma.

Lo que quedaba claro es que era una pieza única en el rompecabezas Juptiano.

Tan frágil como el cristal, el solo contacto con la atmósfera le podría provocar la muerte, algo tan simple como dar una vuelta por la galaxia.

Fuera de estas deficiencias el poder de sobrevivir en este tremendo impacto, le creó un universo en su mente algo perdido por la humanidad, la imaginación, una imaginación de niveles atmosféricos hacía de su vida una extraña vía de tránsito.

Viajera del tiempo, se podría decir, no es nada extraño en este universo, un nuevo año se alza y se construye para crear nuevos mundos.

En este universo ella no es nadie, no es nada, una mota de polvo que se mueve en el conticinio estelar. Quien podría separarla de la realidad y de la ficción.

Podríamos hablar de su historia o de las tantas que forman este historial en la memoria o en el corazón. Pero la suya es peculiar quizás podríamos decir la diosa, la que cerró el portal interdimensional.

Ella creó de la nada un solo cuento, una historia distante de lo conocido por aquel entonces.

Data del año 3000, en el que la humanidad de la Tierra comenzó a desplazarse, ya no solo era la TIerra si no Marte las únicas contaminadas por la plaga de humanos, ahora Jupiter se unía en este plan, allí en este nuevo planeta se encontraba nuestra amiga Moly.

Ella diferente y única, era la última humana sin implantes biónicos, era la única no cyborg. Apenas quedaba gente que no pudiera respirar fuera de la tierra.

Ella solo quiere estar fuera de si, quiere que resucite el allium negro y vuelva a ser nada mas que una planta pero ese no era este universo en el que deshacerse de esa perra vida.
Ella nunca sale de la ciudad creada a partir de una atmósfera artificial, ella tiene miedo de ir mas a allá.
Las capacidades de cada uno no son iguales, eso era lo que la hacia una simple mortal hecha de huesos rotos.

Moly cayó como si no hubiera mayor fracaso ella metió la pierna en todo el fango.

Era una laguna quizás perdida o encontrada para sus habitantes. Podría ser la ciénaga de shrek.

Como un cuento va saliendo y se introduce en otro diferente.

Al dar un paso,  sale de la realidad y se convierte en puro dibujo.

Un universo plagado de libros.

Moly recuerda haber estado allí, llenarse la pierna de barro y volver a caer, no ha sido nada diferente de la última vez que intentó huir de su planeta.

Pero nunca cambia y en el bucle constante quizás ha encontrado una casa.

Una casa que leer,  una casa que escuchar, porque allí en las diversas historias esta la suya.

Piel deshuesada, nudos en la sien, hay algo más que un pequeño hueco en esta humilde cabaña de huesos. En cuanto mudó la piel ya no volvió a verla más.

En el frío del vacío encontro su espacio, distante de casa, quizás en otro universo, otro planeta u otra dimensión. Intentaba buscar pero no hacía nada, era calma y oscuridad iluminada por las frígidas motas de polvo.

Mueve sus dedos como si alguna vez hubieran sido ellos mismos, mira pero no ve nada, unos ojos de hielo le envuelven en contradictorios pensamientos. Una nueva catrina se levanta en una mayéutica a lo largo del conticinio estelar.

Moly, recuerda, recuerda la lacónica escena de su caída. Rememora como decidió saltar desde la terrible plaga de humanos para fundirse con el universo, el eclipse de la gravedad del exterior le abdujo su humanidad, quizás su antiguo concilio óseo fue el único que quedó con ella, ahora un poco más frío sin un corazón que lata por él se mueve sin mucho sentido, cómo logró su luz seguir ahí…