Sabía por Pol, que esta persona se escondía en el origen destructivo del universo, el llegar era la parte más difícil, tenía que desplazarse hasta la base espacial de Júpiter, llegar a Marte y desde allí coger la lanzadera que se comunicaba con la Tierra.
En principio debería modificarse, llegar a ser otra persona le daría pase a lo que realmente quisiera.
Por ello, fue a la parte más fea de Júpiter donde los recién llegados no eran ni bien recibidos ni habían sido invitados a la nueva conquista. Para ello Moly tuvo que utilizar el implante para poder respirar, no era ni muy cantoso ni tampoco pasaba desapercibido, parecido a una máscara, daba la sensación de que iba disfrazada, además debía inyectarse un complemento que hiciese que su piel mortal no se desvaneciese con el gélido frío espacial.
Salió de la estación con un pase de 24 horas, medio día, si después de ese tiempo no aparecía quizás mandarían a rastraedores a su caza, nunca había deseado jugar con esa suerte, pero ahora era su elección.
Al salir, cogió un coche que la llevaría a un punto cercano a ‘Mindlost’, así era el nombre con el que los ricos llamaban a los restos de su sociedad, un barrio o un tugurio quizás. Al llegar, debería pasar por calles que no eran más que desierto y cuatro muros de cemento, que iban a fabricar en un planeta inóspito unos cuantos robots sin alma, los colores no abundaban.
