Piel deshuesada, nudos en la sien, hay algo más que un pequeño hueco en esta humilde cabaña de huesos. En cuanto mudó la piel ya no volvió a verla más.
En el frío del vacío encontro su espacio, distante de casa, quizás en otro universo, otro planeta u otra dimensión. Intentaba buscar pero no hacía nada, era calma y oscuridad iluminada por las frígidas motas de polvo.
Mueve sus dedos como si alguna vez hubieran sido ellos mismos, mira pero no ve nada, unos ojos de hielo le envuelven en contradictorios pensamientos. Una nueva catrina se levanta en una mayéutica a lo largo del conticinio estelar.
Moly, recuerda, recuerda la lacónica escena de su caída. Rememora como decidió saltar desde la terrible plaga de humanos para fundirse con el universo, el eclipse de la gravedad del exterior le abdujo su humanidad, quizás su antiguo concilio óseo fue el único que quedó con ella, ahora un poco más frío sin un corazón que lata por él se mueve sin mucho sentido, cómo logró su luz seguir ahí…
